Los llamados removedores o decapantes químicos, son un producto muy potente que se utiliza para retirar capas de pintura en mal estado, pigmentos y barnices; como también, productos al solvente como esmaltes sintéticos. Estos pueden encontrarse en diversas presentaciones: aerosol, líquido y gel.
Los aerosoles o en spray son ideales para trabajos pequeños. No es necesario usar herramientas, ni mancharse las manos. Y es el más apropiado para superficies irregulares. Los removedores líquidos se aplican sobre las superficies con ayuda de una brocha o pincel. Además, es el producto adecuado para sumergir pequeños objetos y quitar la pintura. Mientras que los que vienen en gel, suelen ser la presentación más utilizada para remover superficies inclinadas o verticales. No gotea, sino que se adhiere a la pared trabajando sobre el material por más tiempo.
Del mismo modo, son utilizados para otras superficies que requieran de su cualidad removedora. Por ejemplo: cuando el área a pintar tiene reiteradas capas, muy antiguas, y no es posible reparar; para quitar pintadas de grafiti sobre superficies sin pintar; para quitar el barniz o laca en mal estado de la superficie; para retirar pintura de una superficie que no puede lijarse, como vidrio, acero o aluminio, etc.
Y es que, gracias a su estructura tixotrópica, puede utilizarse fácilmente en superficies horizontales y verticales. Por lo que su utilización en toda clase de situaciones es común ya que no daña ninguna superficie sobre la que se retira la pintura, barniz, esmalte, etc.