Los aceites que se utilizan como lubricantes para los sistemas hidráulicos deben cumplir con ciertas exigencias para optimizar el funcionamiento de este tipo de maquinaria. Estos aceites han sido elaboradas a partir de un aceite base, mezclado con aditivos que le ayudan a disipar el calor; enfriando y limpiando las piezas del sistema hidráulico. Así mismo, brinda protección ante la corrosión que puedan originar las condiciones ambientales de trabajo y el uso constante de su funcionamiento.
Estos lubricantes son empleados en sistemas hidráulicos industriales y en maquinaria pesada pues han sido elaborados, específicamente, para este tipo de trabajo industrial. Y es que su principal función es transmitir la energía hidráulica que se genera dentro del motor al resto de componentes del sistema hidráulico. Transmitiendo esta potencia hidráulica, las piezas podrán funcionar correctamente pues estarán limpias y lubricadas; optimizando su funcionamiento y alargando la vida de las piezas. No obstante, aunque su principal función radique en transmitir potencia hidráulica dentro de un mecanismo, este aceite también cumple otras funciones que lo convierten en una pieza fundamental para el funcionamiento de los equipos de la industria hidráulica, entre estas están: protección anticorrosiva, limpieza del mecanismo, lubricación de las piezas móviles y disipación del calor generado.
Las características que se deberían tener en cuenta al momento de seleccionar un aceite hidráulico radica en la buena viscosidad del lubricante con un excelente indice de viscosidad ya que esto le permitirá desplazarse debidamente por las piezas hidráulicas. Del mismo modo, las propiedades anticorrosivas, el punto de inflamación, la capacidad de filtración y su compresibilidad son esenciales para tener la maquinaria en óptimas condiciones.